Violencia Pop: Asesinatos que inspiraron series de televisión

Realidad y ficción son los elementos que nutren las artes, el teatro y el cine beben de los acontecimientos, de las tragedias, y de las ironías de la vida, y la televisión, con su salvaje ritmo de producción no podía quedarse a un lado.

Realidad y ficción se retroalimentan. Como ouroboros, la serpiente que devora su propia cola, en representación del ciclo eterno de las cosas, del esfuerzo eterno, la lucha eterna o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo, así el cine y la TV comen de la vida que se refleja en la pantalla.

Nos acostumbramos a ver documentales, series y películas bajo el estilo, true crime, que recoge los crímenes y criminales más sonados, los enlata y difunde a través de sus canales.

Guionistas buscan inspiración en las páginas rojas para escribir thrillers y series de terror. Lo más bajo de las pasiones humanas puede ser la mejor fuente de inspiración para inquietar al espectador.

Las series constantemente nos muestran esas imágenes. A continuación presentamos algunos casos que sirvieron de musa para esos guionistas que en algún momento se quedaron secos de inspiración.

Criminal Minds y los cerdos come humanos

Es imposible olvidar el capítulo de la granja de los cerdos de Criminal Minds. El final de la cuarta temporada era terriblemente perturbador. Personas desaparecían de las calles de Detroit y los agentes acabaron en una granja donde dos hombres asesinaban humanos para realizar experimentos y después los daban de comer a los cerdos.

El punto más inquietante es que hubo un caso similar en la Columbia Británica. Robert Pickton junto a su hermano habían organizado fiestas en su granja de cerdos y las autoridades canadienses se dieron cuenta de que muchas mujeres desaparecían luego de asistir a la granja. ¿Qué sucedía? Robert, secuestraba, abusaba y asesinaba sus víctimas y las daba de comer a sus cerdos. Para rematar el asunto, el departamento de sanidad alertó que podría haber carne humana en los productos comercializados por los Pickton.

El denominado Asesino de la Granja de Cerdos alardeó en prisión de haber asesinado 49 personas y uno de los trabajadores de la granja dijo algo muy revelador durante el juicio. Le extrañaba que esos cerdos fueran tan agresivos. Veían un humano y automáticamente querían morderle.

‘Guilt’ y el veredicto de Amanda Knox

En Guilt los espectadores se encontraban ante una recreación del asesinato de Meredith Kercher por el que fue condenada injustamente la estadounidense Amanda Knox.

¿Por qué vemos similitudes? Pues porque va sobre una americana que, mientras vive en el extranjero, se convierte en la principal sospechosa del sangriento asesinato de su compañera de piso y fue acusada con su amante como cómplice. 

Cambiamos la Perugia del caso real por Londres y nos encontramos la misma historia sobre una chica que es víctima de la prensa por ser joven, atractiva y tener una vida sexual.

Recordemos que Amanda Knox, que ahora protagoniza un documental en Netflix, fue condenada por la justicia italiana en 2009 para después ser liberada en 2011 después de ser declarada inocente junto con Rafaelle Sollecito, su pareja de entonces, considerándose que Rudy Guede había actuado en solitario.

‘The good wife’ y la figura de Robert Durst

Un día Alicia Florrick recibía en el despacho un hombre llamado Colin Sweeney, heredero de una de las mayores fortunas de Nueva York y principal sospechoso de la desaparición de su mujer. ¿Qué era lo más inquietante? Que el millonario no era condenado por el crimen mientras se divertía con la idea que en sociedad le vieran como un psicópata.

El caso se puede relacionar claramente con Robert Durst, el sujeto de investigación del documental The Jinx, hijo de una adinerada familia que conseguía acumular (metafóricamente) cadáveres en el armario sin obtener un veredicto de culpabilidad. Su mujer Kathleen había desaparecido en 1982, su mejor amiga Susan Berman había sido asesinada en el 2000 cuando quería aportar nuevas informaciones en el caso de Kathleen Durst, y en 2001 asesinó y descuartizó a Morris Black, su vecino en Texas, con un jurado que consideró que había sido defensa propia.

Afortunadamente, los juegos mentales de Robert Durst parecen haber llegado a su fin. Durante la grabación de su última entrevista para el documental, The Jinx le pillaron hablando consigo mismo y confesando ser el autor de los crímenes. Pero lo más interesante es que las autoridades obtuvieron otras nuevas pruebas gracias al trabajo de investigación del director del documental Andrew Jarecki.

‘Fargo’ y el caso del parabrisas

Tanto la serie como la película de Fargo al inicio alertan a la audiencia que se inspiran en hechos reales. No es cierto. Pero en la segunda temporada sí había un referente real y era el inicio de la trama de Kirsten Dunst. Su personaje, Peggy, iba conduciendo por la carretera cuando atropelló un matón, que atravesaba el parabrisas, y ella siguió con la víctima atravesando el parabrisas hasta aparcar el coche en casa.

El guionista Noah Hawley se debía haber inspirado en el caso de Chante Jawan Mallard, una mujer que en 2001 atropelló al indigente Gregory Glenn Biggs, que atravesó el parabrisas, mientras ella seguía conduciendo hasta aparcar el coche en casa. 

De haberse dirigido al hospital, la víctima habría sobrevivido, ya que permaneció con vida mientras ella conducía y mientras el coche estaba aparcado.

La mujer cumple condena por el asesinato después de ser arrestada al confesar en un bar que había matado un hombre blanco. Los dos hombres a los que llamó para deshacerse del cadáver (y que la ayudaron) fueron procesados como cómplices.

La mujer que coleccionaba seguros de vida

El caso de Geraldine Parrish fue una fuente de inspiración de David Simon en la primera temporada de Homicidio, los detectives investigaban el caso de una mujer que asesinaba sus maridos para cobrar los seguros de vida. Lo peor es que esa trama palidecía en comparación con los asesinatos de Geraldine Parrish.

Esta señora de Baltimore, que colaboraba como pastora en su parroquia, levantó sospechas cuando su marido, el reverendo Rayfield Gilliard, falleció dos semanas después de casarse con ella y tras ponerla como beneficiaria de su seguro de vida en 1989. Pronto sería condenada por el asesinato de cuatro personas y el intento de asesinato de su sobrina, que hacía de cómplice, y que recibió un disparo en la cabeza en dos ocasiones y otra vez la intentaron degollar.

Mientras que sus familiares creían que tenía poderes sobrenaturales mediante el vudú, la realidad era muy distinta. Simplemente, tenía cómplices para asesinar aquellas personas que la tenían como beneficiaria de sus seguros de vida y recibió el nombre de la Viuda Negra.

‘American horror story’ y la masacre de Columbine

Desafortunadamente, hay tantos tiroteos en Estados Unidos, incluyendo universidades, institutos y hasta guarderías, que es normal que las ficciones hablen de estas atrocidades en los episodios de sus series. Hay casos en One tree hill, Buffy, The fosters y muchas, muchas más series. Pero no podemos pasar por alto la trama de Tate Langdon (Evan Peters) en la primera temporada, que había asesinado sus compañeros de clase en una masacre de instituto.

¿El elemento que no podemos olvidar? Que una de las escenas ocurría en la biblioteca como había sucedido en la vida real cuando Eric Harris y Dylan Klebold asesinaron doce estudiantes y un profesor en un instituto de Colorado. 

En una escena de la serie de Ryan Murphy y Brad Falchuk, además, se podía ver como un personaje buscaba tiroteos en institutos en Google y aparecía el crimen de Columbine en la Wikipedia.

X-Files y la necrofilia censurada

La ventaja de Expediente X es que, como es una serie de ciencia ficción, normalmente no tenías que preocuparte el apagar las luces de casa. Difícilmente iban a abducirte extraterrestres mientras estabas dormido. Pero en la segunda temporada nos dejaron descolocados con la aparición del psicópata Donnie Pfaster que acosaba a Dana Scully y que las víctimas decían que cambiaba de forma.

Pfaster se basaba en Jeffrey Dahmer, el Caníbal de Milwaukee, que violó, asesinó y descuartizó diecisiete personas entre 1978 y 1991, practicando el canibalismo, la necrofilia y quedándose algunos huesos como recuerdo. La serie de Chris Carter, de hecho, quiso incluir la necrofilia en el episodio Irresistible pero los directivos de Fox consideraron que era excederse demasiado y que no podían emitir un contenido tan truculento en horario de máxima audiencia.

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