El «true crime» como fuente de inspiración

Delitos, víctimas y criminales reales inspiran reportajes, libros, series, filmes, documentales y podcasts

Por: Mariángela Lando Biord

La vida puede ser cruda, ruda y cruel. Puede ser violenta, sangrienta y desgarradora. La vida real puede ser más dramática, violenta o triste que la ficción.

La realidad puede superar, y de hecho supera, a la ficción. Y tiene el agregado de que es «real», por lo que puede ocurrirle a cualquiera.

La atracción por esas historias reales la sienten por igual hombres, mujeres, jóvenes, adultos, personas de la «tercera edad», de clase alta, media o baja, de poca o de mucha instrucción.

Y es que el gusto por las historias de crimen, violencia y justicia no hace distinciones.

Sea por morbo, por curiosidad o por empatía, son millones de millones los que se interesan por los crímenes de la vida real, que se han convertido en fuente de inspiración para reportajes periodísticos, libros, series de televisión, filmes, documentales y podcasts.

Las páginas de Sucesos son de hecho, junto a las de Deportes, las más leídas en los medios de comunicación de todo el mundo.

Documentales, series y filmes basados en crímenes verdaderos se cuentan entre los más exitosos y de mayor audiencia. Y dejaron de ser esas historias inocentes y edulcoradas del policía/detective bueno y abnegado de los años 60-90 para reflejar historias sórdidas de crimen, violencia, sadismo, extorsión, violación y asesinato.

En las últimas dos décadas las historias inspiradas en crímenes verdaderos han cobrado fuerza e ímpetu. Tanto que existen canales de cable como Investigation Discovery que se basan en programas de «true crime».

Desde A Sangre Fría, escrita por Truman Capote, las historias de crímenes de la vida real han saltado a las pantallas grande y pequeña, así como a las plataformas de podcasts. Asesinos seriales como Jack El Destripador, Ted Bundy o Jeffrey Dahmer, Unabomber, Aileen Wuornos, el Zodiac o el Destripador de Yorkshire han inspirado cientos filmes y series. También homicidas menos conocidos como el del caso Watts.

Estas son algunas producciones inspiradas en crímenes reales.

Serie «La niña de la foto» (Foto cortesía IMDB)

La niña de la foto: Documental sobre el asesinato de una joven mujer en Oklahoma City en 1990. Tras este caso hay una truculenta historia de abuso, relaciones incestuosas y desaparición forzada.

La escuela católica: Clasismo, misoginia, religión y poder económico rodean una violación grupal y un asesinato en la Italia de los años 70.

Desparición en el Hotel Cecil: En 2013 una joven canadiense desaparece de un hotel en Los Ángeles. Días después su cuerpo apareció en la azotea del hotel donde se hospedaba.

Sophie: un asesinato en Cork: Un violento crimen sacude Irlanda en 1996 era famoso por su calma y seguridad, las que se vieron interrumpidas por un violento crimen que divide a la policía local y a la policía nacional de Irlanda.

42 días en la oscuridad: La desaparición y muerte de una contadora chilena en 2010.

Los hijos de Sam: David Berkowitz, más conocido como «El hijo de Sam», asesinó a seis personas entre 1976 y 1977 en el Bronx y Brooklyn. Una investigación descubrió que no actuó solo.

Serie «El caso Wanninkof-Carabantes» (Foto cortesía IMDB)

El caso Wannikhof-Carabantes: Una mujer abiertamente lesbiana fue condenada por el asesinato de una de las hijas de su expareja en 1999. En 2003 el asesinato de otra adolescente reveló que la Justicia española y la opinión pública de la nación ibérica habían culpado a una inocente: El culpable de ambos homicidios era otro, un extranjero con antecedentes penales por violencia.

Serie «El padre asesino: El caso Watts» (Foto cortesía IMDB)

El caso Watts: el padre homicida: El 13 de agosto de 2018, Shanann Watts y sus hijas de cuatro y tres años, Bella y Celeste, desaparecieron de su casa en Frederick, Colorado. Su asesinato es contado en base a los posts en redes sociales de la víctima.

El caso Wesphael: Dos periodistas descubren a un asesinato que involucra a un político belga.

Justicia para el pequeño Gabriel: Una mujer y su novio torturan y asesinan a Gabriel Fernández, de ocho años, en Estados Unidos en 2013.

Masacre en el Estadio: El asesinato del músico y activista chileno Víctor Jara tras el Golpe Militar de septiembre de 1973.

Acosador nocturno: La historia de Richard Ramirez, psicópata conocido como The Night Stalker. Sus ataques incluían robos, violaciones, asesinatos y raptos de niños en los años 80.

Nisman: El Fiscal, la Presidenta y el Espía: La muerte todavía sin explicación oficial del fiscal especial argentino Alberto Nisman deja más preguntas que respuestas, pero ofrece un vistazo a las redes de poder, corrupción y mentiras detrás del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

El destripador de Yorkshire: Asesino que entre fines de los años 70 y comienzos de los 80 sembró el terror en el condado de Yorkshire, al norte de Inglaterra. Errores en los perfiles permitieron que durante cinco años Peter Sutcliffe asesinara brutalmente a 13 mujeres, la mayoría de ellas prostitutas, sin que nadie sospechara de él, aunque fue entrevistado tras el primer crimen.

El asesino oculto: En la mente de Aaron Hernández: Un exitoso jugador de fútbol americano, deportista idolatrado y con contratos millonarios en la NFL, era también un asesino marcado por problemas familiares y homosexualidad reprimida.

Historia de un crimen: la búsqueda: Se inspira en el caso de Paulette Gebara Farah, niña minusválida de cuatro años de edad que desapareció en marzo de 2010, mientras dormía en su casa en Ciudad de México. Días después, apareció muerta en su propia cama. Esta serie tiene otras dos temporadas, una dedicada al asesinato del político mexicano Luis Donaldo Colosio y otra a la muerte del músico colombiano Luis Colmenares.

Serie «Mindhunter» (Foto cortesía IMDB)

Mindhunter: Así nacieron los perfiladores del Buró Federal de Investigación (FBI).

American Crime Story: Basada en los casos de O.J. Simpson y Gianni Versace, muestra cómo pensaban los asesinos, su entorno, sus abogados. Las actuaciones son magistrales.

La desaparición de Madeleine McCann: Al verla se sospecha de todo el mundo, de los padres, de los amigos de los padres, de los vecinos del hotel, de las autoridades portuguesas. Las pistas ya se borraron hace años, pero el caso sigue abierto.

Y esa «obsesión» por el «true crime» es el hilo conductor de series de comedia como Only Murders in the Building, en la que tres seguidores de un podcast de crímenes de la vida real comienzan a investigar crímenes en su propio edificio.

Serie «Only murders in the building» (Foto cortesía IMDB)

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