Sombras del mal: El sádico carnicero de Mumbai

En la espiritual India, un asesino serial mató a más de 40 personas en los años 60

A mediados de los años 60 del siglo pasado, India se había convertido en el vórtice espiritual del planeta. La historia de Mahatma Gandi, la espiritualidad naciente del Hinduismo, el rechazo a todo tradicionalismo occidental y el éxito de la resistencia pasiva como método de protesta contra las guerras, entre otras razones, habían convertido al país, en una alternativa para millones de jóvenes que buscaban paz y amor.

Entre 1965 y 1968, Bombay era una superpoblada ciudad de grandes contrastes, entre la más abyecta miseria y la riqueza, donde de pronto comenzaron a aparecer cadáveres.

No había nada que vinculara a las víctimas. Podía tratarse de hombres, mujeres, niños o hasta bebés. El asesino no tenía preferencias, pero sí un modus operandi: Esperaba que durmieran y los atacaba a golpes con un objeto contundente.

Entre 1965 y 1966, una primera ola de ataques golpeó el este de la metrópolis, 19 personas fueron agredidas por un desconocido mientras dormían. Nueve de ellas murieron durante las agresiones.

En esa etapa fue detenido un sospechoso que fue visto en la zona. Se trataba de Raman Raghav, un hombre sin hogar nacido en 1929 en la escindida Pakistán y quien junto a su familia se mudó a India buscando un futuro mejor. Pero la imperante política de castas alejó ese sueño y la pobreza fue el destino de la familia

Raghav no era ajeno para la policía, estuvo preso cinco años por robo, pero como no se encontraron pruebas en su contra, ya que ninguno de los sobrevivientes lo había visto, lo dejaron ir.

Luego hubo una segunda ola de asesinatos. Todas las víctimas tenían las mismas características de las anteriores, eran pobres que vivían en la calle o en humildes chozas y todos fueron atacados con objetos contundentes cuando dormían.

Bombay entró en pánico, la gente abarrotaba templos y plazas o evitaban dormir con ventanas abiertas, solos o expuestos pues temían ser atacados por el sádico asesino, quien destrozaba a sus víctimas con gran brutalidad.

Con la vuelta de los asesinatos, la policía lanzó una cacería humana encabezada por el comisionado Ramakant Kulkarni, quien se hizo cargo de una operación masiva de peinado en la ciudad.

La operación rindió frutos y no solo atraparon al asesino, sino que también lo hicieron confesar. Admitió haber matado a 23 personas en 1966. Actuaba a lo largo de las líneas de trenes Great Indian Peninsular Railway y Southern Railways, además de casi una docena en 1968 en los suburbios de Mumbai. En total reconoció 41 víctimas, pero la cifra podría ser mucho mayor.

Fue considerado apto para el juicio y condenado a muerte. Sin embargo, luego fue sometido a exámenes psiquiátricos que detectaron que sufría de esquizofrenia y tenía delirios como que él era el poder de un dios y que trataban de poner tentaciones homosexuales en su camino para convertirlo en mujer.

Finalmente fue enviado a un hospital psiquiátrico donde murió en 1995.

Leyenda
Raman Raghav, un hombre sin hogar, se convirtió en el terror de la antigua Bombay. ARCHIVO

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