Cuando la imprudencia termina con las ilusiones de los deportistas

Los domingos el riesgo para los deportistas que entrenan aumenta cuando comienzan a salir los fiesteros.

“Mens sana in corpore sano”. El deporte y las actividades recreativas al aire libre han ganado relevancia como un mecanismo para mejorar la salud y la vida en general. Hoy en día todos estamos claros en los beneficios que aporta tanto al cuerpo como a la mente. 

Pero, a veces, hacer deporte, buscar todos esos beneficios, de manera indirecta puede terminar con nuestras vidas.

Honor a los caídos

Estas son las historias de atletas que murieron en accidentes de tránsito ocurridos mientras practicaban su deporte favorito.

Nathalie Lanza es la última que se sumó a esta lista. Su muerte ocurrió el 20 de agosto mientras calentaba para hacer su tradicional recorrido por el este capitalino. 

Había escogido Chuao, uno de los sectores más seguros de Caracas, pero un conductor ebrio estrelló toda la mole metálica que lo transportaba contra el frágil cuerpo de la corredora. A pesar de los músculos, a pesar de la fuerza que creemos tener, somos frágiles, muy fáciles de romper y de dañar. Así, Nathalie se desprendió de sí y se estrelló contra el duro, durísimo, pavimento. 

Las autoridades dicen que Nathalie murió casi de inmediato, quizá para hacer más fácil de entender su muerte, quizá para que no imaginemos el horror y el dolor que vivió en esos últimos momentos.

También es la historia de Armando Enrique Serrano Montilla, de 23 años, un joven con síndrome de Down, conocido entre los corredores como “Armandito”.

Armandito era miembro del Team Runner JF de Maracaibo. El domingo 13 de agosto su nombre se agregó a esta lista cuando salió a correr como lo hacía desde años atrás. Ese día salió a trotar por la avenida Fuerzas Armadas junto a un compañero. En medio de la carrera, su acompañante vio que algo venía, una camioneta que se les fue encima y pudo esquivarla, pero Armandito no tuvo tiempo y recibió el golpe. De nuevo el alcohol escribía la noticia de la mano de un conductor ebrio.

Según datos de la ONU, los accidentes de tránsito son la principal causa de mortalidad entre niños y jóvenes con edades comprendidas entre cinco y 29 años. Cada año un millón 300 mil personas mueren en accidentes de tránsito, una cifra aterradora”

Organización de Naciones Unidas (ONU)

Si regresamos en el tiempo, recordaremos la muerte de Mayerling Oropeza, conocida en las redes sociales como @curiosa, ciclista que murió arrollada por un conductor que se dio a la fuga, era el año 2020.

La larga letanía suma dolores que destruyen a familias. José Ismael Páez Contreras (26) y Alfonso Antonio González Juárez (45), arrollados en la Autopista Regional del Centro; César Enrique Colmenares (60), atropellado en Barcelona; Jean Luis Suárez Rojas (31), embestido en Margarita, o Álvaro Guillén (61), en Puerto Cabello. Son cientos las tragedias que se suman año tras año.

Con cada muerte, las autoridades prometen soluciones y seguridad, y como siempre ocurre: las promesas de políticos se olvidan entre escándalos. Se las lleva el viento, junto a la vida de todos esos muertos.

Más de un millón de muertes al año 

Mientras, las autoridades viven eternamente sorprendidas, y en algunas oportunidades parece que estuvieran totalmente desconectadas de la realidad. Organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales pusieron la mira en el problema de la inseguridad vial.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) al analizar la cifra de muertes en accidentes se propuso la meta de reducir a la mitad su número para el año 2030. 

Según datos de la ONU, los accidentes de tránsito son la principal causa de mortalidad entre niños y jóvenes con edades comprendidas entre cinco y 29 años. Cada año un millón 300 mil personas mueren en accidentes de tránsito, una cifra aterradora.

Casi la mitad de esas defunciones son usuarios vulnerables de la vía pública, en otras palabras peatones, ciclistas y motociclistas.

Los domingos temprano, cuando salen los fiesteros de discotecas, bares y rumbas, es cuando corredores y ciclistas vivimos malas experiencias: le dan nalgadas a las muchachas, nos tiran el trago con hielo en la cara, nos empujan, pasan muy pegados a los corredores, hay mucha agresividad”

Ernesto Linzalata
Maratonista y periodista

En Venezuela, un informe del Observatorio Nacional de Seguridad Vial señala que en 2021 se registraron 1.200 accidentes de tránsito que involucraron a ciclistas, 20% más que el año anterior. 

La cifra de peatones muertos es mayor, pero lamentablemente la ausencia de datos oficiales impide tener un diagnóstico exacto sobre la gravedad del problema.

Violencia contra deportistas 

Ernesto Linzalata, maratonista por más de 25 años y periodista, señala que el problema de la inseguridad vial y los deportistas es de vieja data.

“Al no existir espacios donde correr y montar bicicleta, debemos salir a la calle, a entrenar. Pero en Venezuela no hay conciencia hacia ese hombre o esa mujer que está ejercitándose. A pesar de que tratamos de impactar lo menos posible en el tráfico, parece que a la gente le molesta eso”, asegura.

“Los domingos temprano en la mañana, cuando salen los fiesteros de discotecas, bares y rumbas, es cuando corredores y ciclistas vivimos malas experiencias: le dan nalgadas a las muchachas, nos tiran el trago con hielo en la cara, nos empujan, pasan muy pegados a los corredores, hay mucha agresividad contra quienes estamos haciendo deportes”, añade.

Como prevención recomienda correr o montar bicicleta junto a otras personas, hacerlo en sentido contrario al tránsito, “así al menos tendrán unos segundos para reaccionar. 

También recomienda evitar el uso de audífonos “porque se pierde todo contacto auditivo con lo que está ocurriendo a su alrededor”. Si corre de noche, use ropa reflectante, si no tiene, evite hacerlo en calles o avenidas poco iluminadas. 

Además, recomienda a las autoridades algunas medidas para evitar accidentes. “En esas áreas donde hay locales nocturnos, deben establecer puntos de control para medir el consumo de alcohol y evitar que conduzcan bajo sus efectos#, dice.

Los locales deben considerar la obligatoriedad de exigir un conductor designado a quien no le suministrarán alcohol, deben evitar vender exceso de licor a las personas, “no es necesario emborracharlos, una medida justa con medición de niveles de alcohol podría salvar muchas vidas”, concluye.

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