Sombras del Mal: El culto satánico

Cuatro amigos asesinaron al menos a 17 mujeres en medio de oscuros ritos

Por lo general, cuando hablamos de asesinos en serie, nos referimos a individuos solitarios, pero no siempre es así. Hoy conoceremos la historia de un culto que asesinó al menos a 17 jóvenes a inicios de los años 80 del siglo pasado.

Esta historia se refiere a cuatro hombres, quienes fueron conocidos como “The Chicago Rippers”, o “Los Destripadores de Chicago”, quienes durante dos años quisieron hacer realidad su sueño de poder a través de un culto que adoraba a Satanás.

Muchos de estos cultos se valen de las debilidades de sus miembros, quienes son manipulables a cambio de hermandad, unión, verdad, poder, vida eterna. A veces, en medio de ese misticismo de los cultos, se terminan rompiendo las barreras de lo racional.

El 23 de mayo de 1981, cuatro amigos cruzaron esa frontera. Secuestraron a su primera víctima, Linda Sutton, de 28 años. Su cadáver fue localizado días más tarde brutalmente torturado y mutilado, su seno izquierdo había sido amputado.

Las desapariciones, violaciones, amputaciones y asesinatos apenas comenzaban. Le siguieron Lorraine Borowski, Shui Mak y Angel York, esta última sobrevivió al ataque, pero no pudo aportar pistas útiles.

En 1982 continuaron los crímenes. Sandra Delaware fue encontrada muerta en el río Chicago. Había sido apuñalada, estrangulada y le amputaron el seno izquierdo. El cadáver de Rose Davis, de 31 años, estaba en un callejón con lesiones idénticas. En septiembre, encontraron aún con vida a Beverly Washington. Tenía las mismas lesiones. Describió a sus atacantes y la camioneta usada para secuestrarla.

Con esos datos, la policía llegó a un grupo de amigos que hacía fiestas alocadas en un motel. Según el gerente del local, “parecían una especie de culto”. Identificó a los integrantes del grupo.

La policía arrestó a Robin Gecht de 29 años, líder del culto. Pero fue liberado por falta de pruebas. Vale destacar que Gecht había trabajado con el asesino serial John Wayne Gacy, pero no se ha establecido una relación criminal entre ambos hombres.

Las investigaciones siguieron con los amigos de Gecht: Edward Spreitzer y los hermanos Andrew y Thomas Kokoraleis.

Thomas fue el primero en confesar los crímenes. Dijo que secuestraban y llevaban a las mujeres a la “capilla satánica” que había la casa de Gecht, donde abusaban sexualmente de sus víctimas, las mutilaban, cometían canibalismo con sus partes y las asesinaban.

“Los Destripadores de Chicago” fueron juzgados. La condena de Thomas fue de 70 años de cárcel por haber confesado. Los restantes recibieron pena de muerte, pero el único ejecutado fue Andrew Kokoraleis, muerto en 1999.

Las condenas de los otros dos integrantes de la banda fueron conmutadas. Hoy purgan sus condenas a prisión por el resto de sus vidas.

Thomas Kokoraleis fue liberado en 2019 tras cumplir 35 años de los 70 a los que fue condenado. Hoy vive en una comunidad cristiana en Aurora, Illinois.

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